La matanza
El cerdo ha sido y es un alimento esencial en nuestra cultura. Alimentar a un guarro, cochino o marrano durante un año para llegado su San Martín sacrificarlo y que sirva de sustento el resto del año es toda una tradición en cualquier pueblo español y por supuesto en Villarejo. En diciembre y enero se puede presenciar muchos días.
El ritual familiar (abuelos, padres e hijos tienen su misión) comienza con la cocción de calabazas y cebollas que se usarán para hacer morcillas. El sacrificio del cerdo en manos de los hombres, mientras las mujeres recogen la sangre para hacer morcillas da paso a una escena de fuego y limpieza en las carnes del animal.
Muerto el animal, desentrañado y aireado, se le descuartiza y se convierte en ricos jamones, chorizos, lomos, morcillas, salchichones...etc. Del cerdo se aprovecha todo y como dice el refran "Del cerdo me gustan hasta los andares.
Si no te dejas impresionar por el sacrificio, ver una matanza es algo que no se puede olvidar y mucho menos el sabor de sus embutidos al amparo de un vino de pitarra. |